BARGUIL,UNA EXCEPCIÓN
La actuación del presidente del partido conservador David Barguil el pasado viernes enfrentando ante la opinión pública al equivocado gobierno de Santos, exigiéndole que militarizara ( como debió haberlo hecho con anticipación) las calles de Montería y de las otras ciudades del departamento de Córdoba chocó con el amodorramiento en que cayeron los gobernantes de ese departamento y los congresistas de todo el país frente a la crisis planteada por los Gaitanistas. Todos amermelados, o temerosos de la bacrim emponderada , guardaron silencio, no midieron la gravedad de la situación ni fueron capaces de entender lo que significa que el presidente acuartelara a las fuerzas armadas y no saliera a desfilar por las calles de Monteria, acompañado de su tropa, a darle confianza a las gentes atemorizadas. Solo Barguil, enhiesto y espigado, asumió el papel que tantos debían haber ejercido.